martes, 12 de julio de 2011

Sueño



Mientras duermes no existes, el olvido se apodera de la vida y el tiempo lo nubla todo, ansiedades, sobresaltos, miedos, rabietas. Sólo cuando te despiertas en mitad de la noche vuelves a recobrar la conciencia de las cosas [...] Con un poco de suerte al cabo de un rato acaso vuelves a dormirte. Es una sensación balsámica: regresar al sueño, a las profundidades del olvido, a ese claustro de la noche que te envuelve entre telarañas.





Mi corazón que baila con espigas, Carmen Rigalt.
página 36

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